NUESTRA HISTORIA

Me!

NUESTRO ORIGEN

Hace aprox. 30 años entre a un tratamiento odontológico que me exigía no comer carne durante 1 semana, lo cual para mi que era un tigre, era tal vez demasiado.  Pero como lo que encuentras, en realidad te está buscando, halle un restaurante vegetariano: ¨El Loto Azul¨

En verdad fue una epifanía, es como si yo ya hubiera estado en este plano de existencia en una vida anterior en la cual había sido vegetariano.  Fue algo así, como en todas las epifanías,  una constatación al nivel del alma, en la cual me mostraba un camino de redireccionamiento de mi existencia, y ese día decidí volverme vegetariano.

A partir de entonces, cocinar es para mi un ritual y la cocina un pequeño templo. Como vegetariano que soy, me acerco a aquellos que no lo son, con mucho respeto, ser vegetariano no me hace más que los demás. 

Durante mi larga estancia en USA, estando en Massachusetts encontré un restaurante de comida cruda, y por supuesto me llamó la atención pues era un concepto nuevo para mi.  

Esta fue una segunda epifanía.  Lo que sentí después de comer allí, fue algo diferente, me recordó mi primera vez en el Loto Azul. A partir de entonces, sin volverme crudista, comencé a explorar esa cultura.  Fue como entrar a un nuevo país, con un nuevo lenguaje y una visión de la vida bastante diferente de lo que había conocido antes. 

En el ámbito del rebusque, queriendo vender productos vegetarianos en los mercados campesinos en el Western Massachusetts, necesitaba una licencia que me permitiera hacer productos en la casa para la venta.  Sin embargo, para obtener la licencia, no me permitía hacer productos cocinados o altamente perecederos, y dentro de ese escollo y con el conocimiento adquirido en el crudismo logramos adaptarnos para vender productos deshidratados en los mercados campesinos de Massachusetts. 

Gracias a que tenía un par de deshidratadores en el hogar y a la experiencia de alimentarme en ocasiones 80% crudo y 20% cocinado, había adquirido la experiencia suficiente para hacer Fruit leathers, flaxseed crackers y kale chips.  Esto duró algunos años hasta que por falta de sol en el norte de USA, mi vitamina D estaba por el piso, entonces nos movimos a un resort nudista en Florida. 

Estando en Florida, a mi esposa le volvió un síndrome autoinmune llamado Sjogren, que había tenido de muy joven.  Esto se convirtió en un desafío para nosotros.  Las enfermedades son invitados no muy gratos que nos llegan por alguna razón. Pero entre más cordiales los recibamos y mejor los tratemos, seguramente más rápidos y felices van a partir.

Y así fue como tuvimos a este invitado de honor durante algún tiempo, el cual nos exigió aprender no solamente de cocina sino también de nutrición, sin embargo la experiencia que traíamos ya era suficiente para enfrentar el desafío, pues nosotros habíamos aprendido que ser vegetariano no era suficiente para tener una buena nutrición. 

Con el tiempo logramos neutralizar el síndrome, pues uds saben un síndrome siempre va a estar latente, pero mi esposa ha tenido una vida muy tranquila y activa, pero el trabajo fue arduo, a base de muchos jugos verdes diarios, sopas crudas especiales, germinados y jugos especiales de pasto de trigo para ayudar a limpiar mitocondrias, una dieta alta en crudos y snacks súper saludables.  En varias ocasiones en el supermercado compraba 25 kg de zanahoria y me preguntaban si tenía caballos o conejos y yo les respondía que sí: “mi esposa”.

Exploramos la dieta Gerson, más los procedimientos del instituto Ann Wigmore, y visitamos en muchas ocasiones, con el objetivo de aprender,  el Instituto Hipócrates en West Palm Beach, un lugar que algunos lo denominan el lugar más saludable del planeta. 

De vuelta a Colombia hace poco, admiro profundamente la farmacia natural que tiene el país. Es realmente un privilegio tener a la mano tantos y tantos productos y no solamente en cuanto a frutas y vegetales, sino también y en especial a nivel botánico. 

Me siento como un niño, lleno de juguetes por todas partes, frutos secos, semillas, legumbres, raíces, hierbas, condimentos, leguminosas, frutas, vegetales,  en fin, todo con tanta facilidad que no es posible que nosotros no hagamos poesía en cada plato que servimos.

Aquí estoy, junto con mi esposa y mi familia, quienes siempre me alientan, además que han sido mis conejillos de indias en todas mis preparaciones, queriendo compartir con uds mi experiencia, siendo consciente que es siempre la ignorancia la que me alienta a seguir adelante, pues es ella la que  me alienta a entrar en terrenos desconocidos.